Heroínas en India.

By marzo 6, 2020Blog

Queremos compartiros este artículo porque cada frase es la realidad de la mujer en India, y además muestra el entusiasmo y la ilusión de muchas de ellas por conseguir un futuro mejor. La educación como motor del cambio es fundamental

LAS HEROINAS DEL MONZON  para la La Vanguardia

Jaume Sanllorente, fundador de la ONG Sonrisas de Bombay

Como cada año, cuando se acerca el Día Internacional de la Mujer, en Sonrisas de Bombay recabamos indicadores para recordar que todavía queda mucho por hacer cuando se trata de la igualdad entre hombres y mujeres en India, la nación en la que trabajamos y en la que vivo desde hace casi 16 años.

Y aunque los datos no son nada alentadores en un país que sigue siendo considerado como el peor para nacer mujer, me gustaría hacer justicia al verdadero papel que tiene, desde dentro, la mujer en la India. Pese a haber nacido en un entorno donde no tienen las cosas nada fáciles, las mujeres indias son verdaderas heroínas.

Podría homenajear y contar las historias inspiradoras de las responsables de departamento, trabajadoras de campo, doctoras, maestras, cocineras… con las que tengo el enorme privilegio de trabajar todos los días en Sonrisas de Bombay. Pero me limitaré a hablar de una de ellas: Prafullata.

Prafuyata. Foto: Sonrisas de bombay

Como miles de familias, la de Prafullata abandonó el pueblo de Vengurla para buscar una vida mejor en la gran ciudad, Bombay. La realidad que suelen encontrar estas personas llenas de esperanza es dramática: vida en la calle, falta de trabajo y la más absoluta miseria como único leitmotiv.

Sus padres consiguieron sobrevivir gracias a un pequeño negocio familiar de costura. Ella siempre tuvo claro que la educación le abriría las puertas a algo mejor, por lo que nunca se rindió y estudió hasta que se casó, por amor – ahí ya apuntaba maneras en un país donde la mayoría de matrimonios son concertados – con 21 años.

Conoció Sonrisas de Bombay a través de su hija, que había recibido una beca de la Fundación para sus estudios. Prafullata participaba en el comité de padres y madres que creamos siempre para cada proyecto. Allí ya comenzó a mostrar un entusiasmo y vitalidad inusuales, además de unas ideas y propuestas brillantes.

Fue en el año 2014 cuando se terminó de unir a nuestra causa con un programa de apoyo a adolescentes.

Prafullata destacaba por su liderazgo natural en las reuniones y su interacción con otras personas que compartían proyecto con su hija. Pasó el primer año y con él, Prafullata demostró saber gestionar el proyecto de forma excelente.

Un buen día, llegó a la oficina cargada de cajas de dulces para todos. El motivo de aquella celebración aún hoy me sigue asombrando. Sin decirnos nada, Prafullata había pedido un crédito al banco hacía un año para poder terminar sus estudios por las noches y combinarlo además con las clases de trabajo social, llegando a quedar la tercera de su promoción, ni más ni menos que en la prestigiosa universidad de trabajo social Nirmala Niketan.  ¡Había vuelto a estudiar después de 25 años y consiguió su diploma en trabajo social! Todo ello combinado con un trabajo de muchas horas al día y la gestión impecable de la educación y cuidado de sus dos hijas.

En India, la tasa de alfabetización de las mujeres es del 65,46%, mientras que la de hombres es del 82,14%, pero Prafullata ha conseguido terminar sus estudios y los sigue ampliando gracias a su abnegada tenacidad.

La tasa de incorporación de la mujer al trabajo es el 28,8%, mientras que la de hombres es del 80,9% pero Prafullata ha llegado hasta donde está gracias a sus ganas de superarse y crecer como profesional todos los días.

Pese a ser ilegal, casi la mitad de las mujeres en India se casan antes de cumplir 18 años, pero Prafullata ha evitado que numerosas familias de las comunidades con las que hemos trabajado a lo largo de estos años fueran casadas siendo menores de edad.

En India, se comete una violación cada 20 minutos, pero Prafullata, a través de las clases de autodefensa con las adolescentes de nuestros programas, ha evitado más de diez intentos de agresión sexual durante los últimos cinco años, logrando que las chicas hicieran frente a su agresor.

El 57,9% de mujeres embarazadas y el 56,2% de mujeres casadas sufren anemia, pero el empeño de Prafullata para ampliar los programas de nutrición ha conseguido mejorar enormemente el estado de salud de las chicas con las que trabajamos.

Se estima que entre 4 y 12 millones de niñas fueron abortadas entre 1980 y 2010, siendo ésta una tendencia al alza, pero la enorme labor de Prafullata para concienciar familias ha contribuido, sin duda, a reducir esa tendencia en las familias de su entorno.

Y es que Prafullata es pura inspiración para otras niñas y mujeres que ven en ella la prueba de que se puede nacer mujer en la India y derribar obstáculos, ver sueños cumplidos y ser la primera ficha en un imparable efecto dominó que ha conseguido, a lo largo de generaciones, que la mujer tenga la posición de igualdad que le corresponde.

Todavía conservo una fotografía de hace dos años en plena época de monzón. En ella aparece abriendo camino a otras compañeras suyas de Sonrisas de Bombay, que la siguen a pesar de tener el agua por la cintura. Aquello, como tantos elementos que amenazan diariamente su posición de igualdad, no las detuvo. Y es que nada las detendrá jamás porque son heroínas. Y las heroínas, en la vida real, también pueden con casi todo.

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