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octubre 2019

No creas algo simplemente porque se rumorea. Buda

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No creas algo simplemente porque se rumorea.
No creas en la veracidad de las tradiciones únicamente
porque son veneradas desde hace muchas generaciones.

No creas algo porque la opinión general lo considera verdadero
o porque se habla mucho de ello.

No creas algo por el solo testimonio
de uno de los sabios de la antigüedad.

No creas algo porque las probabilidades están a su favor
o porque la costumbre te empuja a creer que es verdad.

No creas lo que proviene de tu propia imaginación
pensando que se trata de la revelación de un poder superior.

No creas nada basándote en la sola autoridad
de tus maestros o sacerdotes.

Lo que tú mismo hayas ensayado,
lo que hayas experimentado y lo que hayas reconocido como verdadero,
lo que sea beneficioso para ti y para los demás:
en eso debes creer y a eso debes adaptar tu comportamiento.

 

BUDA

Que no te lo cuenten ¡VIVELO!

India como jamás te la habían contado. in2Light

 

Cuando las manos hablan. Los mudras.

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Lo cierto es que todos sabemos que no sólo el lenguaje nos ayuda a expresarnos. Así que hoy vamos a hablar de las manos. Creo que muchas personas se expresan con sus manos y cada vez muchas más se fijan en las manos. En Asia en general y en India en particular el lenguaje gestual de las manos tiene una mucha importancia. Tanto su estatuas, las hinduistas, las budistas, algunos bailes como el kathakali e incluso prácticas ancestrales de yoga utilizan los mudras (así es como se llaman a estos gestos y posiciones).

¿Qué es mudra?

La palabra mudra en sánscrito significa “señal” o “sello”, es el sello entre lo humano y lo divino a través del gesto; es una forma de gesticulación donde se activan unos puntos de conexión con ciertas pautas entre el cuerpo y la mente. Estos gestos simbolizan el diálogo y la colaboración entre las energías que circulan a través de los dedos y las manos.

Origen del mudra

Los mudras tienen una historia larga y colorida, pero el origen de los mudras sigue siendo un misterio. Según algunos investigadores, el origen de los Mudras se atribuye al budismo esotérico. En la antigua India, los mudras se utilizaban en las artes marciales, con el principal propósito generar y utilizar de manera efectiva el enfoque y el poder espiritual en la lucha. Los expertos consideran que los mudras tienen alguna explicación mágica, que es muy difícil de entender. Por otra parte los mudras se utilizan en los rituales y ritos de las antiguas tradiciones culturales del hinduismo y el budismo, no sólo en India, sino también en el Tíbet, Japón, China, Indonesia y otros países asiáticos importantes. Las primeras imágenes de mudras se encontraron en las pinturas rupestres y esculturas de Ajanta y Ellora cuevas, que se remontan a los siglos 1 y 2 antes de Cristo.

Desde hace varios miles de años, los mudras han sido ampliamente utilizados en la India para una serie de propósitos: en el proceso de curación, como técnicas de narración, para la expresión emocional, en el baile, así como para evocar las condiciones espirituales más destacadas.

¿Para qué se emplean los mudras?

Aunque el número total de mudras es incierto, el hinduismo considera que hay 24 básicos, cada uno de los cuales posee una cualidad específica.
Doblando, cruzando, estirando y juntando los dedos y las manos, el cuerpo puede establecer una vía de comunicación directa con la mente. Así, hay mudras que favorecen la meditación y amplifican la consciencia.
En disciplinas como el yoga, los mudras, junto con los asanas (posturas corporales), son una herramienta fundamental. Dentro de artes escénicas tradicionales, como el teatro kathakali o la danza solista bharata natyam, los hasta mudras interpretan uno de los papeles principales. Las manos representan:

  • (Agni) fuego, dedo pulgar
  • (Vayu) aire, el dedo índice
  • (Akasha) cielo, el dedo medio
  • (Prithvi) tierra, dedo anular
  • (Jala) agua, dedo meñique

Nuestras manos son un espejo del cuerpo y la mente, también son una representación del universo. Los mudras se asocian a los elementos, a las direcciones, a los colores y a las deidades; estos gestos también simbolizan la protección, el honor, la bondad, la sabiduría, etc. Otros tienen por objeto la inmortalidad, la juventud, la salud, el equilibrio, la erradicación de la enfermedad, el apaciguamiento de ciertas emociones, el fortalecimiento de la energía y, por supuesto, el despertar espiritual.

La tradición implica una práctica bastante amplia de mudras, algunos se llevan a cabo a través de la danza, los rituales religiosos, el yoga, la meditación, la terapia, etc. Principalmente en el yoga, esta práctica puede aportar efectos más eficientes, cuando se aplica con ejercicios de respiración (pranayama), con cantos de mantras, con posturas y algunas contracciones.

Otros mudras.

Además de los mudras de las manos («hasta mudras»), existen otros que se realizan con diferentes partes del cuerpo o que combinan varias de éstas. Los «mana mudras» son mudras de cabeza. Su práctica implica el uso de ojos, oídos, nariz, lengua y labios. Los «adhara mudras», o mudras del perineo, redirigen el prana (energía vital) desde los centros inferiores hacia el cerebro. Otros, como los «kaya mudras», mudras posturales, utilizan posturas físicas combinadas con la respiración y la concentración.

Dhyana mudra.

Es el gesto de la meditación y la concentración. En este mudra, el dorso de la mano derecha descansa en la palma de la izquierda de tal manera que las puntas de los pulgares se tocan ligeramente. Las manos descansan en el regazo.

Vitarka Mudra.
Es el gesto de la enseñanza. La mano derecha está a la altura del hombro, con las puntas de los dedos pulgar e índice formando un círculo. En una variante de este gesto de la enseñanza, la mano izquierda se apoya en el regazo con la palma hacia arriba.

Anjali mudra (o Namaskara mudra).
Es el gesto del saludo y la veneración y, probablemente, el más antiguo de todos los mudras. También es el gesto habitual de saludo en India. En él las palmas se mantienen unidas a nivel del pecho.

Una práctica sencilla y con muchos beneficios.

¿ Ya conocías los mudras?.

Que no te lo cuenten ¡VÍVELO!

 

Gandhi.

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Gandhi vivía bajo unos valores muy claros: ser vegetariano, ayunar para purificarse, ser tolerante con todas las religiones y, lo más importante, no hacer daño a ningún ser vivo. Esta semana el día 2 de octubre hizo 150 años que nació, y así queremos recordarle: con ese puñado de sal en la mano que cambió el mundo.

Este artículo que hemos rescatado de Muhimu con las mejores catorce frases del gran genio indio:

Mohandas Karamchand Gandhi, más conocido como Mahatma Gandhi, nació un 2 de octubre de 1869 en Porbandar (en el Raj Británico por aquel entonces, hoy en día la India). Lo que no mucha gente sabe es que Mahatma significa Gran alma y recibió este apodo del poeta Rabindranath Tagore.

Tagore captó la esencia de Gandhi en sus líneas:

Donde la mente no teme y la cabeza se mantiene en alto;
donde el conocimiento es libre;
donde el mundo no ha estallado en fragmentos a causa de las estrechas paredes domésticas;
donde las palabras surgen desde lo profundo de la verdad;
donde el esfuerzo incansable extiende sus brazos hacia la perfección;
donde la corriente límpida de la razón no ha perdido su camino por las arenas resecas del desierto de la muerta rutina;
donde la mente es llevada por ti allá hacia el pensamiento y la acción siempre abiertas, en ese cielo de libertad, Padre mío deja que despierte mi pueblo.

Gandhi y el cambio

“Sé el cambio que quieras ver en el mundo”.

Mahatma Gandhi

De familia de casta comerciante, Gandhi aprendió de su madre los valores que le llevaron a ser una de las personas más importantes e influyentes del siglo XX: ser vegetariano, ayunar para purificarse, ser tolerante con todas las religiones y, muy importante, a no hacer daño a ningún ser vivo. Su forma de pensar y vivir y sus valores se resumen en su conocida frase: “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”.

E studió Derecho en Londres, aún sin ser un gran estudiante, y acabó aceptando un trabajo en Sudáfrica, después de su escaso éxito en la India como abogado. Fue en el país de Mandela donde empezó a vivir el racismo y otras humillaciones derivadas de su procedencia y creencias religiosas, además del color de su piel, que no le ayudó a integrarse en sociedad. Fue en ese momento en el que su labor humana dió comienzo.

De vida sencilla, mantuvo amistad con León Tolstói; es imprescindible, y bellísima, la Carta a un hindú que escribió el escritor ruso a Gandhi poco antes de morir. En 1915 volvió a su país de origen para ayudar políticamente y más activamente a demoler el muro inglés que se estaba construyendo sobre los tejados indios.

Su voluntad, su corazón y su desobediencia civil pacífica le llevaron, en 1930, a realizar uno de los actos más importantes y emotivos del siglo: La marcha de la sal, una caminata de 300 kilómetros que culminó con el gesto más simple y elocuente del siglo XX, coger un puñado de sal del mar Índico. Esta movilización simbolizaba la opresión social y cultural británica contra el pueblo indio, ya que Reino Unido monopolizaba en aquel momento la producción de sal e imponía una tasa por su recogida (a pesar de que esta había sido libre hasta entonces).

El 30 de enero de 1948, Gandhi murió asesinado en Nueva Delhi (en el Estado Independiente de la Unión de la India), poco después de que los ingleses dejaran de gobernar en su tierra natal y dos años antes de que India se constituyese como el estado que había soñado. Albert Einstein se expresó tras su muerte y dijo “a las generaciones venideras les costará creer que un hombre así, de carne y hueso, caminara una vez sobre la Tierra.

Acabamos este pequeño homenaje a Gandhi con catorce frases atribuidas a esta increíble figura del siglo XX que nos enseñarán a ver el mundo desde un prisma pacífico y, por ende, más bello y honesto:

“Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.

“La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia”.

“La verdad es el objetivo; el amor, el medio para llegar a ella”.

“El amor es la fuerza más humilde, pero la más poderosa de que dispone el mundo”.

“Hay suficiente en el mundo para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para satisfacer su codicia”.

“Humildemente me esforzaré en amar, en decir la verdad, en ser honesto y puro, en no poseer nada que no me sea necesario, en ganarme el sueldo con el trabajo, en estar atento siempre a lo que como y bebo, en no tener nunca miedo, en respetar las creencias de los demás, en buscar siempre lo mejor para todos, en ser un hermano para todos mis hermanos”.

“La honestidad es incompatible con amasar una fortuna”.

“La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia con enemigos exteriores”.

“La verdad jamás daña a una causa que es justa”.

“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”.

“Sé el cambio que quieras ver en el mundo”.

Gandhi

“Vive más sencillamente para que otros puedan sencillamente vivir”.

“Siempre ha sido un misterio para mí cómo puede haber hombres que se sientan honrados con la humillación de sus semejantes”.

“La no violencia ha de ser la única bandera de combate entre los ejércitos humanos. Ella prevalecerá”.

 

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